

La Vía Láctea es un bar de Madrid, muy popular como sala de conciertos durante la “Movida” junto a otros ‘lugares de culto’ juvenil, como el Rock-Ola, el Carolina, El Sol, El Pentagrama, Marquee, El Jardín, El Escalón, El Cien por Cien, etc. Situado en el número 18 de la calle de Velarde, en el madrileño barrio de Malasaña, se abrió en julio de 1979, convirtiendo en un local de ocio de dos plantas un antiguo despacho de carbón. Su fundador, Marcos López Artigas, usó como modelo los bares de copas que había visto en Londres y en Nueva York.


La Vía Láctea fue —aún es— uno de los bares más importantes de la Movida Madrileña. En él, se reunían Pedro Almodóvar, Moncho Alpuente, García-Alix o Ceesepe. Fue la catapulta para bandas madrileñas como Sex Museum, Pleasure Fuckers o Los Enemigos. También, el cuartel general de pinchadiscos como Diego A. Manrique o Kike Túrmix. Hasta celebridades internacionales como Nico —la cantante que inspiró a la Velvet Underground de Andy Warhol— Johnny Thunders o Paul Collins se dejaban caer por este bar en los ochenta y noventa.
De su periodo álgido, además de las actuaciones en directo de las principales estrellas de la Movida, puede destacarse la labor diaria de pinchadiscos como Kike Turmix, Diego A. Manrique, Juan de Pablos, Manolo Calderón, Samuel o José Castillo, que disponían de colecciones de discos difíciles de encontrar en España.
Contrariamente a lo que se dice en el musical Hoy no me puedo levantar, La Vía Láctea no era, ni es, un lugar para ir expresamente a bailar, aunque se pueda hacerlo. La música le hacía diferente, eso sí, a los bares que se abrieron en Malasaña en los ochenta. Tuvieron la culpa de aquel sonido especial pinchadiscos como Kike Turmix, Diego Manrique, Juan de Pablos, Manolo Calderón, Samuel o José Castillo, famosos entonces por poseer colecciones de discos raros de encontrar en España.
Era el ‘templo de la modernidad’. Y el tiempo ha pasado, pero parece que por él no lo ha hecho. Porque cuando se entra en este local, todo sigue igual. Incluida la música: rock and roll, punk y temas de las décadas de los 50, 60, 70…
Con ilustraciones del dibujante de cómics Montxo Algora, que había expuesto también en Manhattan, se decoró la barra principal, y a todo se dio un ambiente muy rockero que le convirtió en uno de los garitos imprescindibles de aquel Madrid efervescente de los ochenta.
Cartel luminoso de entrada
Neón original de La Vía Láctea
La Vía Láctea cumplió 25 años un año después de la muerte de su fundador, el 14 de julio de 2003, manteniendo el negocio y su espíritu su sobrino David Krahe, que gestionaba el local desde 1995.
El que llegaría a ser conocido por la proyección de clientes como Pedro Almodovar, tuvo, ya en el siglo xx su momento feliz como centro de actividad de la música , con la presencia de bandas como los Twin Peaks, los Parrots, los Nastys y las Hinds. La Vía Láctea trajo a Nancy Sinatra en el que fue su primer concierto en España.
La Vía Láctea Records fue pionera también de ese movimiento, y llegó a editar discos flexibles de Desperados, Excocodriles y Los Negativos, además de un vinilo convencional (duro) de Los Mockers, el grupo americano de power pop que hace pocos años llevó al inglés el célebre Déjame, de Los Secretos.
Entrar en La Vía Láctea implica viajar en el tiempo. No solo porque gran parte del mobiliario y la decoración estén prácticamente igual que cuando abrió, en julio de 1979, sino porque el local narra la historia de la familia López-Fernández. “Te puedes imaginar lo que hemos vivido aquí”, dice Patricia López, hija del fundador Marcos López Artiga.
“Mi padre pudo abrir este bar gracias al sueldo de mi madre, que entonces trabajaba en Iberia”, cuenta Marcos López. “Ese trabajo les permitía viajar gratis, algo impensable en la época. Eso hizo que mi padre se empapase de novedades musicales y culturales de otras partes del mundo. El resultado fue La Vía Láctea”, añade el primogénito de López Artiga que recuerda con nostalgia los discos y aparatos de música que su padre traía de esos viajes.
La Vía Lactea es se ha convertido en el principal epicentro de los amantes de la música en la noche madrileña. Destaca por su buena ubicación, al lado de la plaza 2 de mayo en malasaña y su amplia selección de música: punk o temas de los años 50, 60, 70 . Un lugar que atrapa a los nostálgicos de la época y que es capaz de trasladarnos de nuevo a lo más profundo de la Movida madrileña.



A continuación pueden ver un vídeo del programa de Telemadrid "El punto sobre la historia" sobre la historia de La Vía Láctea: