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La Movida es pues un fenómeno castizo cuyo espíritu liberador y creativo contagiará a otras ciudades españolas a comienzos de los 80. Se puede decir que nace en El Rastro y se propaga a través de salas de conciertos como MM, fiestas y reuniones privadas y en las inauguraciones de las galerías de arte.
Así, músicos, pintores, fotógrafos, cineastas y diletantes van conformando una escena artística multidisciplinar en la cual las referencias culturales españolas, desde Picasso a Panero pasando por Sara Montiel, se mezclan con Warhol, el cine de John Waters, el glam rock, el punk y The Rocky Horror Picture Show.
El efecto de la Movida madrileña no tardó en expandirse por otras ciudades. Los fanzines, los grupos compuestos por músicos amateurs con más ideas que técnica, los nuevos artistas plásticos aparecieron por Vigo, Barcelona, Valencia…
Si solo hubiese sido por el boca a boca o por la energía desbocada de cuatro jóvenes con ganas de hacer ruido, la movida no habría llegado a alcanzar la magnitud que se recuerda. Una serie de estructuras productivas, industrias culturales e iniciativas de vanguardia, pero sobre todo la política, tuvieron que intervenir, y fueron estas las que catapultaron el movimiento hacia un fenómeno de masas.
La palabra "movida" se usaba para todo. Los que vivían un cierto tipo de vida tenían una serie de claves, de palabras para reconocerse entre los suyos.



En los años ochenta se produjo una apertura de España a la economía de mercado y al turismo. De ahí que la vida nocturna "underground" madrileña muy activa pero forzada a esconderse recibiera influencias del extranjero. La contracultura, ilegal, subversiva y deseosa de libertad fue representada en mayoría por grupos de influencia punk inglés. A partir de los años 80, en reacción a la violencia del rock de los años anteriores, la Movida comercial promovió un estilo musical más cerca de la música yéyé de los años 60 pero conservando una estética peculiar "glam" y "punk".

El punk llegó a Madrid de la mano de jóvenes de ascendencia burguesa fascinados por la modernidad de Londres y su contraste con la cultura española. Sus posibilidades económicas les permitieron viajar a Inglaterra, hacerse con los discos de los grupos que sonaban en aquel momento y con los elementos que marcaban la estética. Sin embargo, numerosas influencias tanto estéticas como artísticas llegaron desde Estados Unidos, más concretamente desde la ciudad de Nueva York. Un ejemplo claro de ello serían grupos de música como Ramones y artistas eclécticos como Andy Warhol, que sentaron las bases de la actitud y espíritu de la movida madrileña.




La Movida madrileña fue un fenómeno artístico social que sucedió de una manera espontánea en la España que empezaba a dejar atrás el franquismo. Más que un movimiento fue una suma de talentos y personajes que confluyeron en el Madrid de mediados de los 70, ávidos de expresarse al fin en un país que comenzaba a recuperar su voz, su identidad y su futuro.
La Movida no fue un hecho aislado. Tiene antecedentes en la Barcelona del cómic y el cine underground, y también en galerías de arte madrileñas como Buades, que durante los primeros años 70 congregó a artistas e intelectuales con nuevas inquietudes alrededor de la nueva figuración. También tiene raíces en los primeros grupos de rock que cantan en castellano como Burning y en un grupo de inmigrantes argentinos (Alejo y Ariel de Tequila, Juan Gatti, Joe Borssani, Rubi, Moris, Jorge Álvarez, Cecilia Roth) que buscan refugio en Madrid huyendo de la dictadura de Videla, e impregnan de un espíritu cosmopolita a determinados círculos artísticos emergentes de la ciudad, entre ellos el pop.

Eran tiempos prósperos para la capital española.
Tras el fallecimiento del dictador Francisco Franco en 1975, se iniciaba la Transición; período histórico que constituye el proceso de cambio político tras la dictadura, mediante el que se restaura el régimen democrático. Una nueva Constitución regiría el país desde entonces.
Este contexto propicia la emergencia de la Nueva Ola cultural, que cuestiona los valores y dogmas establecidos. Una oda a la libertad, la independencia, y la revolución.
Un periodo de acceso a las libertades tanto de opinión como de expresión artística y de estilo de vida, violadas durante los años de régimen militar. A un ambiente conservador, con fuerte influencia católica sucede una emancipación artística, una liberalización cultural e ideológica en conjunto con la democratización de la sociedad española.
A la dictadura sucedió un periodo muy festivo, convivial y despreocupado. Durante esa época se desarrolló la vida nocturna madrileña con la multiplicación de bares, discotecas y salas de concierto.
El estilo de vida promovido por la Movida es despreocupado, anticonformista, los jóvenes solían vestirse de forma un poco provocadora pero siempre "en la onda", también es la época de experimentación de drogas etc.
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